El KV-29 El coche que estaba vivo
"No se oxidaba, ni se rompía. Pero respiraba.
ORIGEN; Un proyecto imposible (1970s)
En plena guerra fría, un pequeño laboratorio de Bio ingeniería soviético (cuyo nombre nunca aparece en archivos oficiales) recibió una orden absurda.
"Diseñar un vehículo autónomo que pudiera autorrepararse, adaptarse al entorno y operar sin combustible convencional."
La única manera era crear algo que no fuera estrictamente mecánico.
Así nació el proyecto KV-29: un experimento con materiales orgánicos modificados para simular partes automotrices.
No metálico.
No electrónico.
Si no algo intermedio.
¿QUE TENÍA DE "VIVO"?
Según las notas filtradas:
La carrocería estaba hecha de un polímero biológico que regeneraba daños menores.
El "chasis" tenía una estructura tipo cartílago endurecido.
Las ruedas no eran de caucho, sino de un compuesto blando y fibroso que respondía a la temperatura del suelo.
El sistema de "encendido" usaba impulsos eléctricos similares a los de una sistema nervioso básico.
Y lo más inquietante:
Tenía un "centro de control" húmedo y pulsante... Como un nodo nervioso donde se ubicaba el equivalente al volante.
EFECTOS EN LOS OPERADORES.
Los pocos técnicos que interactuaron con el KV-29 reportaban sensaciones físicas extrañas cuando se sentaban en el.
"Sentías que el asiento te reconocía. No se acamodaba a tu cuerpo. Tu cuerpo se acamodaba a él."
Uno de ellos un tal Pavel Illin dejó notas diciendo:
"Creo que me sueña."
"Hay algo en los espejos laterales, una segunda silueta."
"No estoy seguro de que sea un vehículo, puede que este usando la forma de uno."
PRUEBA FINAL Y CANCELACIÓN.
En 1978, se intentó una prueba en campo cerrado.
El coche se encendió sólo antes de que lo conectarán.
Comenzó a dar vueltas por su cuenta, a velocidad constante, sin piloto.
No se podía abrir.
No hacía ruido.
Solo un leve zumbido, como sía algo respirara adentro del capo.
Después de 9 minutos se detuvo exactamente donde había comenzado.
Al acercarse, los técnicos vieron por dentro del vidrio. Y una mancha que parecía una huella de mano desde adentro.
Pero nadie lo había conducido.
DESAPARICIÓN.
Una semana después, el laboratorio fue desmantelado. Todos los empleados resignados.
El coche fue embalado e una caja sin toulo y enviado supuestamente al instituto biomecanico 49-una instalación que no existe en ningún mapa.
Un ex-guardia de la instalación en los años 90, dijo esto:
"Hay una caja en el ala 3 que late aunque este cerrada desde hace años."
"Yo solo hacía rondas. Una vez escuché el motor encenderse... Aunque no habían cables."